1. Su origen, su nacimiento, fruto de una apertura del espíritu, de varias idas y vueltas entre las dos orillas del océano Atlántico es rico de potencialidades en un orden masónico, que como toda la Franc-masonería se pretende universal. Además ofrece una fuente de reflexiones sobre la legitimidad, sobre el poder tanto en el mundo profano como masónico.
2. Este rito presenta el interés de proponer a nuestra búsqueda iniciática, nunca terminada, treinta etapas que constituyen, según la expresión de Jean-Pierre Lasalle, “un depósito de la tradición occidental”. La tradición más visible y la que percibimos en los grados azules se encuentra en la tradición judeo-cristiana, de la cual los masones operativos ya se declaraban herederos. Pero los Altos Grados están enriquecidos con elementos tomados en préstamo de los caballeros de todas clases, de los Templarios por citar algunos. Veamos la conclusión de una exposición de J.-P. Lasalle sobre este tema : “Grado tras grado, stratum super stratum, el REAA tiene una estructura vertical por la que se puede ascender y descender, como la escala de Jacob, variando los ángulos de visión, pero con una admiración constantemente renovada, ya que se difracta la luz de una tradición para conservarse viva y siempre abierta sobre la modernidad”. Además, el REAA nos ofrece una red horizontal de relaciones entre las obediencias y las logias.
El recorrido propuesto es suficientemente flexible para mantenernos en vigilia y estimular nuestra investigación. Cada uno de nosotros gestiona su propio camino de una manera personal. Una sola cosa nos es impuesta, por lo menos, como el REAA es vivido en el GODF, no se puede dejar nunca de trabajar con asiduidad en una logia simbólica, en la que recibimos la luz o en otra.
3. Este trabajo continuo en los tres grados de la logia simbólica constituye una aportación importante del REAA. Ya que el trabajo en grado de Aprendiz, el que descubrimos durante nuestra iniciación, representa el modelo para los trabajos en los grados siguientes : apertura de trabajos según un ritual pre-definido, creación de un espacio-tiempo en ruptura con el espacio-tiempo profano, utilización del signo para tomar la palabra de manera reflexiva…, pero esto sería el tema de otra plancha.